Oscuridad completa oscuridad, una habitación pequeña sin ningún acceso a la luz, una cama pequeña sujeta al suelo y de hierro un inodoro en la esquina y un pequeño lavabo, paredes altas de 4 metros y una puerta de hierro de 20cm de grosor y con una pequeña ventanilla de vidrio aprueba de balas que ocasionalmente brindaba luz al lugar.
Estaba sentada en el suelo en una esquina mirando al vacío y cantando melodías dulces pero aterradoras, sus brazos rodeaban sus rodillas y sus pies descalzos tenían contacto con el frío suelo.
-¿Te he dicho lo particularmente hermosa que estás hoy?. -Dice una voz en el vacío-.
-No, hoy no me has dicho lo hermosa que soy.
De la densa oscuridad se hace presente un cuerpo, una mujer alta y de cabello albino corto, su ropa era siempre elegante de vestir al parecer era hecha de sombras podría decirse que era un traje elegante pero que vibraba y se fundía en la oscuridad, su piel era blanca tan blanca como el papel y sus labios eran negros con marcas que semejaban una gran sonrisa, dos marcas negras verticales atravesaban sus ojos blancos y un círculo negro se posaba sobre su nariz. Miraba a su contraria con una gran sonrisa mostrando sus colmillos y su mirada feroz.
-En ese caso, estás realmente hermosa Isabel, como siempre lo he dicho la oscuridad combina con tus ojos.
Isabel le da una sonrisa algo forzada intentado restarle importancia.
-Un gracias no estaría mal pero me confirmaré está vez con esa sonrisa -Camina de un lado a otro- no sé si serán ideas mías pero este lugar cada vez es más pequeño, deberías pedir cambio de habitación -Sonríe con ironía- te aseguro que uno de esos locos de las otras habitaciones tiene mejor habitación que está, incluso me atrevo a apostar que les dan dulces ocasionalmente.
-¿Y que quieres hacer al respecto?.
-Matarlos -Sonrie- matarlos a todos y cada uno de ellos hasta que su sangre tiña completamente el lugar y sus cuerpos no sean más que masas de carne sin forma, quiero que griten que sufran y pidan misericordia -Sus ojos se tornan de un rojo brillante-.
-No.
-¿Por qué no? Ellos te encerraron aquí nos privaron de la libertad -Dice molesta-.
-Puedes irte cuando quieras.
-Ja,Ja,Ja -Rie sarcásticamente- sabes que no soy libre si tú no lo eres cariño.
-No existe un lugar para nosotras afuera, no pertenecemos en ningún lugar.
-¿Y? Eso nunca nos importó recuerda, éramos las mejores las más temidas y poderosas.
-Eramos y somos monstruos.
-Cariño, ellos son seres insignificantes insectos que deben ser eliminados sin piedad alguna.
-¿Y luego que pasará?.
-¿Que quieres decir con eso? No nos importa nadie allá afuera al igual que no le importamos a nadie nunca lo hicimos -Camina molesta de un lugar a otro-.
-A ella le importo.
-¿A ella? Es una estúpida siquiatra a ella no le importa nadie. Es su trabajo actuar como si le importara; para ella no eres más que una Sociopata y asesina a sangre fría, ¿En serio...crees que a alguien como ella le importará realmente alguien como tú? ¿Crees que a ella le importa un monstruo como tú?, No cariño, a la única que realmente le importas es a mi -Se acerca a ella para tomarla del mentón y colocarse de cuclillas- y si alguien trata de lastimarte o separarte de mi lo mataré de la forma más horrible que se puedan imaginar tal y como lo he hecho hasta ahora -Sonrie- creo que tienes cita con la psicóloga hoy.
-Si.
Ella desapareció. Isabel se levantó del suelo esperó frente a la puerta hasta que la abrieron y la llevaron escoltada con la psicóloga.

En su cita con la psiquiatra se mostró no muy animada y distante respondía vagamente las preguntas y ocasionalmente las ignoraba.
-Dime, Isabel ¿Cómo está Alice?.
Isabel cambió su semblante completamente pasó de distante a amenazante.
-No hablé de Alice.
-¿Por qué? Creí que eran mejores amigas.
-Es mucho más complicado que una simple amistad.
-¿Y por qué no me lo explicas?.
-Si Isabel, ¿Por qué no le explicas? -Aparece Alice y se coloca detrás de Dayana- Dile después de todo es lo único que no le has contado de nosotras.
-No puedo.
-¿Por qué? -Pregunta Dayana-.
-Eso no es algo de su incumbencia -Dice Isabel-.
-¿No es algo de su incumbencia, en serio? Vamos, no te contengas solo porque yo estoy aquí -Dice sonriendo pero con una enorme irá en su aura y en sus ojos- después de todo desde que ella llegó me ignoras, tal vez debería matarla.
-No, Alice por favor -Pide Isabel-.
-¿Ocurre algo Isabel? -Pregunta Dayana-.
-Esta idiota ya me cansó -Dice Alice molesta-.
Lo que siempre se esperó que sucediera sucedió, rodando por el suelo manchando todo a su paso derramando aquel líquido tan preciado por el cuerpo, la cabeza de Dayana rodó a unos metros de su cuerpo que aún permanecía sentado en su silla. Los ojos blancos de Alice destellaron y su sonrisa negra se retorció de felicidad, en sus manos tenía una hoz larga negra y blanca que ahora estaba manchada de sangre.
-Finalmente se calló esta idiota.
-¿Por qué lo hiciste, Alice? -Dice molesta-.
-Ella me molesta, además no es tu primera psicóloga que mató.
-No debiste hacerlo, no tienes derecho.
-¿No tengo derecho? -Se le acerca y la toma del mentón llenandola de sangre- tengo todo el derecho sobre ti, eres mía y solo mía Isabel -Le estampa un beso-.
Isabel estaba molesta pero nunca le había llevado la contraria a Alice y nunca le había dicho que no, Alice era su otra mitad su contraparte y su dueña.
-Ahora nos vamos de este infernal lugar.
Unos meses atrás unos reclusos nuevos quisieron escapar golpeando a sus vigilantes, huyendo por los pasillos sin saber a dónde ir, los guardias a cargo de Isabel fueron a buscarlos dejando la habitación sin seguridad. Los reclusos al ver la habitación de Isabel pensaron que era la salida puesto que era la única puerta fuertemente asegurada, un grave error.
Ambos entraron a la habitación y Isabel los atacó. Les abrió el cuerpo y esparció sus órganos por toda la habitación, colgó sus cuerpos de los pies y cortó sus cabezas lentamente. Mientras aún estaban algo consientes. Para cuándo llegaron los guardias nuevamente a la habitación de Isabel vieron una gran cantidad de sangre saliendo de ella así que la abrieron y con sus linternas alumbraron aquella tétrica escena, ella sentada con las piernas cruzadas mirándolos desafiantes mientras acariciaba las cabezas cercenadas a sus costados.
Isabel era una asesina conocida en todo el mundo con más 649 muertes confirmadas en los últimos 3 años. Esas eran las muertes conocidas, podría existir Miles de muertes de las cuales no se sabe. Si existía alguien a quien Isabel temiera respetara y amara esa era Alice.
Hay quienes dicen que Alice es solo un producto de la imaginación de Isabel, otras dicen que es solo una de sus personalidades. Una peor que la original. Pero hay cosas que ocurren entorno a ella que nadie puede explicar.
En los fragmentos de grabaciones que sobrevivieron del increíble escape de la cárcel psiquiátrica de Isabel se podía ver una sombra caminando atrás de ella. Una sombra alta con una hoz en sus manos, aquella cárcel se quemó hasta los cimientos con todos los cadáveres dentro de el. Todos y cada uno de ellos sin cabeza y con el cuerpo abierto. Las armas nunca fueron efectivas contra ella las balas parecían simplemente rebotar o traspasar su cuerpo, así que su captura nunca fue posible, ¿Y como llegó a aquella cárcel? Pues simplemente se entregó y nadie sabía el por qué.
Ahora la pregunta más importante es ¿Alice es real o simplemente es un producto de su perturbada imaginación?.
Hasta los momentos no se ha vuelto a saber de Isabel pero ocasionalmente aparecen cuerpo sin cabeza por todo el mundo en especial en Rusia durante fuertes nevadas.